
Finalicé el trabajo de pintar en acuarela un árbol Guayacán. Como me he dispuesto, me gusta compartir consejos extraídos del proceso que realizo para lograr una pintura con esta técnica. En esta segunda parte del artículo anterior, “Ando pintando un Guayacán-Parte I”, el tema principal es el color. Lograr el color correcto de un árbol con flores amarillas como el Guayacán es primordial para tener un buen resultado, pero ése no es sólo el único detalle. También es importante lograr la idea de volumen, usando precisamente el color. Completar detalles finales en la pintura de un árbol, como ramas y tronco, hace que toda la composición quede balanceada. A continuación, datos importantes sobre estos temas que pueden poner en práctica:


3. Finalizar Detalles y Observar los Contrastes de Color: Terminar detalles como las ramas y troncos es esencial para completar la escena de un árbol. Aplicando los mismos conceptos empleados para pintar la copa de un árbol, podemos detallar las ramas y troncos. Una línea más oscura al tono empleado delineando un lado de las ramas, por ejemplo, convierte a esta parte de la pintura, de una simple línea, a una forma en tres dimensiones; en especial porque se crea la sensación de que la línea es cilíndrica, (como son las secciones de las ramas y troncos), en lugar de plana, sólo con este pequeño dato.
Otro detalle a considerar es que al finalizar la pintura, estudies la mezcla de colores en la escena, en especial aquella sacada de la misma asociación de elementos de la naturaleza. En esta ocasión, un árbol Guayacán en floración, con su amarillo intenso, contrasta con el cielo al fondo y lo fuerte del chocolate oscuro y sus sombras más profundas, le otorgan el medio de unión y balance entre estos dos tonos predominantes. Amarillo intenso, celeste turquesa, chocolate oscuro, una combinación quizás no pensada inicialmente como ideal, pero sorprendentemente atractiva y balanceada, descubierta cuando uno anda pintando un Guayacán.

Saludos cordiales,
Melissa G.