jueves, 8 de agosto de 2013

Historia de un Balcón: (Todo lo que se puede decir al pintar este tema en acuarela).


Historia de un Balcón: (Todo lo que se puede decir al pintar este tema en acuarela).

    Ya extrañaba volver a publicar en el Blog, seguir con la edición de la novela “Tentación, Color Esmeralda”, me ha tomado un poco el espacio que tenía para publicar artículos sobre todo lo que hago “en acuarela”, pero el trabajo de arte lo he continuado, esta vez con la obra más reciente de “un balcón”.  Y es que si hay un tema versátil para el arte, son los balcones, y ellos nos cuentan muchas historias, las cuales van más allá de la estructura o forma que tengan.

    Esta vez, un balcón en el Casco Antiguo, excelente lugar para encontrar estos temas en la ciudad de Panamá, Panamá, fue el recurso de inspiración.  Nuevamente me topé con un amarillo intenso, porque el edificio con balcones como el que recientemente terminé de pintar en acuarela, está pintado en ese tono, como parte de lo que ha sido un proceso de restauración en el área y donde colores intensos, han aparecido en el paisaje, dejando atrás muros con tonos desgastados o con mezcla de capas de pintura de distintos colores, mostrando cómo eran antes de ser renovados. Otra vez tenía ante mí el reto de pintar en acuarela tonos intensos, pero siempre estoy buscando variar e innovar: La propia historia que contaba el balcón me ayudaría lograr mi objetivo.
 

    ¿Y qué historia contaba el balcón, o cómo puede un balcón contar una historia? Creo que para una mejor explicación, voy a empezar por contestar la segunda pregunta.  Un balcón puede contar una historia, porque es un espacio perfecto para la expresión personal. En palabras más sencillas, un balcón es un lugar que las personas pueden personalizar y lo mejor de todo, es que pueden estar a la vista de todos. Sólo basta pensar en lo que aporta un balcón en la casa, apartamento, o habitación de alguien.  Es ese contacto con el exterior, es un lugar donde uno puede salir a tomar un poco de aire, a recrearse con la vista que se tenga o a ver el ritmo con el que se desarrolla el barrio donde se vive. En un balcón, la gente puede reunirse para hablar, o saludar a alguien que ven pasar; no nos olvidemos del aire romántico que siempre puede tener un balcón, siempre muy usado en películas para un momento de un emocionante encuentro.  Y no importa qué tan alto se esté o a qué altura se ubique un balcón, siempre hay una historia que surge por ese contacto con el exterior y también, por aquellos detalles que cualquiera puede colocar en ese espacio especial.

    Ahí es donde está también la clave de la personalización que de alguna forma u otra, se le da a un balcón.  Lo que la gente coloca en un balcón, es tan variado, como pueden ser las personas mismas en una sociedad.  Desde plantas y pensemos cuántas pueden colocarse, hablando de especies, formas y colores; pasando también por adornos en las paredes, recuerdos comprados en un viaje o paseo, o un detallito que simplemente habla de los gustos de quien habita en un lugar que posea un balcón.  En nuestros países latinoamericanos, o en cualquier parte del mundo, donde el sol se busque para aprovechar sus beneficios, en un balcón puede haber alguien tratando de lograr un bronceado, cocinando en una pequeña barbacoa o hasta colgando ropa para secarla al aire libre. Ésa fue la historia que me comenzó a contar el balcón con el cual me encontré.


    Por la avenida Central de San Felipe, en un edificio que hoy tiene un uso hotelero o de hospedaje, ya algo desgastado también por el paso del tiempo tras haber sido restaurado algunos años atrás, alguien se permitió colocar algunas camisetas, sobre las barandas del balcón, con un cerramiento tipo “red” en hierro. Casi siempre uso las tomas o fotos que hago para el trabajo en acuarela, como una referencia, para luego hacer mi propio dibujo a pintar. Esta vez dibujé dos camisetas entremetidas en coloridas veraneras, un tema muy característico de mi trabajo de arte y del cual todavía tengo mucho que explorar.  Gracias a las facilidades que te permite la parte creativa del arte, uno puede variar, y eso es lo que hice con el color de la ropa sobre el balcón. Pinté una camiseta de rayas blancas y azul celeste y otra completamente roja, ya que por aquellos días la selección nacional de fútbol de Panamá tenía juegos importantes para su clasificación al Mundial de Brasil; y lo que vino luego fue mejor, contra los pronósticos y sin que nadie lo esperara.


     Panamá se destacó en su participación en la Copa de Oro, varios jugadores panameños de fútbol hoy día lograron nuevos contratos con clubes importantes en el extranjero y esa camiseta roja sobre el balcón que pinté, cuenta un poco de esos logros, porque todo eso pasó mientras trabajaba en acuarela esa nueva obra. De esa historia en un balcón que surgió, sin saber hasta dónde llegaría, también surgió en mí, el reflexionar nuevamente sobre el valor que tienen estos espacios en nuestra sociedad.  Afortunadamente, la arquitectura panameña volvió a retomar la creación de balcones en los apartamentos, aunque sean muy pequeños en comparación a los que décadas atrás, se encontraban en varios edificios. Hubo una época en la que el balcón había sido reemplazado por un ambiente un poco más amplio, pero también totalmente cerrado al exterior o con algunos vidrios corredizos.  Bien valdría la pena no sólo mantener estos espacios, los balcones, sino también seguir jugando en cuanto a forma, tamaño y posibilidades que pueden brindar al diseño de espacios en general, porque las opciones son infinitas.
 
     Sobre lo que aprendí en acuarela, pintando este balcón, fue también bien sorprendente.  Lo que para mí terminó de darle el toque de impacto al trabajo, no fueron ni las flores de las veraneras, ni sus hojas, ni las camisetas, incluyendo la roja en homenaje al equipo de fútbol panameño.  Fue la estructura para el techo sobre el balcón y la sombras que proyectaba, lo que le dio ese toque a esta acuarela. Averigüé un poco sobre la historia de este edificio que usé como inspiración y llegué a conocer que su diseño buscaba una imagen más moderna a lo tradicional, empleado elementos de fabricación industrial, incluyendo los balcones de hierro, importados por pedido a catálogos de la época. Así es entonces, como la historia de este balcón, es una de tantas que pueden contarse, pero siempre habrá una nueva “historia de un balcón” por encontrar, para poder decir mucho más de lo que alguien puede imaginarse.
 
 
   Nuestro “álbum en Facebook” con fotos recopilando el proceso de pintura de esta obra en acuarela:

 
 
Un saludo “en acuarela”, desde Panamá,

Melissa G.

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